Las primeras vanguardias: El Dadaísmo
¿Qué son las vanguardias artísticas?
Se conocen como vanguardias históricas a los estilos artísticos que aparecieron en la primera mitad del siglo XX. Su propuesta rupturistas fue tan radical que más de un siglo después siguen siendo el paradigma del arte de vanguardia, dado que en la época se produce en el arte una auténtica revolución de las artes plástica.
Son más una actitud ante el arte que una estética, que abandonará la imitación de la naturaleza para centrase en el lenguaje de las formas y los colores. Es la hegemonía del inconsciente, de la reconstrucción mental de la obra. Al espectador se le exige una nueva actitud ante la obra de arte. Los estilos dejan de ser internacionales para ser característicos de un grupo de artistas.
Las vanguardias son movimientos artísticos revolucionarios que rompen con la tradición y convulsionan el mundo del arte causando estupor cuando no rechazo. El autor toma conciencia de su libertad creativa y expresiva, inventando nuevos lenguajes artísticos. El artista en definitiva se libera de todas las ataduras y modas artísticas del momento y comienza a experimentar. Todas las vanguardias tienen unos límites cronológicos precisos.
Las vanguardias son numerosas pero todas se pueden encuadrar en dos posiciones básicas: una basada en la razón (Racionalismo, Neoplasticismo y en parte el Cubismo) y otra en las emociones (Expresionismo, Dadaísmo y Surrealismo).
¿Qué es el dadaísmo?
El dadaísmo es un movimiento artístico y literario que surgió durante la Primera Guerra Mundial como una forma de protesta ante los cánones estéticos dominantes. Surgido en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich (Suiza), se desarrolló entre 1916 al 22. Aglutinó exponentes de los distintos géneros artísticos (como pintura, literatura, música o escultura) en una franca oposición al Positivismo imperante en la época y a su concepto de razón.
Se dice que el término tiene su origen en el francés dadaïsme aunque también se dice que al abrir un diccionario al azar apareció la palabra dada, que significa caballito de juguete, y fue adoptada por el grupo. La palabra "dadá" fue hallada por Tzará al abrir al azar un diccionario, y según sus propias declaraciones, no posee ningún significado. Él afirmó que el dadaísmo nunca estuvo fundado en teoría alguna y que siempre fue una protesta, de ahí que también se le conozca bajo el nombre de arte de repulsa. En la fundación del dadaísmo confluyen la decepción ante la situación mundial, el desencanto de pintores escasamente reconocidos y el deseo de llevar la pintura a la destrucción que por entonces asolaba Europa. El lema lo dio Bakunin: "La destrucción también es creación".
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